Locura lúcida
Ha hecho de su vida
puro arte, no ha parado de inventar: películas, cómics, libros, terapias.
Afirma que los deseos y las frustraciones familiares pasan de generación en
generación y para librarse de ellas inventó la psicomagia: actos simbólicos que
liberan nuestro inconsciente (ya que el cerebro no distingue entre realidad
consciente e inconsciente). De sus andanzas con los chamanes aprendió a entrar
en los sueños y formar parte del mundo onírico con plena conciencia (sueños
lúcidos), y de eso habló en Caixa- Forum en el ciclo de conferencias Sobre los
sueños y la fantasía. Me dejó dos consejo: Interprete la realidad como un sueño
y sólo viva con personas que le alegren la vida.
¿Algún comienzo?
Sí, el de aceptar morir feliz, esa es la finalidad de la vida.
¿Qué se lleva?
He aprendido que la vida es un sueño absolutamente particular, es decir: sales
de ti mismo y te buscas hasta llegar a ti mismo.
¿Y durante ese paseo?
He aprendido que tengo dentro de mi cráneo tantas neuronas como estrellas hay
en el cielo, y aunque yo crea que no las uso están funcionando todo el tiempo:
día y noche. Y que no somos un árbol, somos el bosque: el individuo separado es
una ilusión.
¿Y por qué estamos en
esa ilusión?
Todo el futuro está en nuestro cerebro, pero a causa de la sociedad, la cultura
y la familia entramos en una cárcel psicológica que nos crea una falsa
individualidad.
…Un nombre, una
nacionalidad.
Sí, una definición. Así ha funcionando la humanidad pero poco a poco la
conciencia va ganando terreno. ¿Y qué es la conciencia?
…
Lo que llamamos inconsciente, todo ese poder en potencia que hay en nuestro
interior. Nos debatimos, como una mariposa se debate en su capullo para abrir
las alas y ser libre. Pero, ¿qué es ser libre?
…
Es aceptar y admirar los valores del otro que son mis propios valores. ¿Y cómo
los despertamos, a través de qué?
…
Del arte, capaz de sanar a la sociedad. En mi blog, Plano Creativo, he citado a
todas las mujeres para que el 7 de mayo vayan al Vaticano vestidas de papisa.
¿Psicomagia social?
Sí, liberadora, para que la Iglesia comprenda que la mujer está muy aplastada
por las tradiciones y que Dios es también mujer.
En Buenos Aires hizo un cementerio metafórico para los
desaparecidos.
Sí, en el mismo lugar en que fueron torturados pusimos lápidas y fotos. No fue
un acto po-lítico sino po-ético.
¿En qué se ha
equivocado?
En llamarme Alejandro Jodorowsky. Tengo nombre, cuando alguien dice
“Alejandro”, giro la cabeza como un perro. El error es vivirse como un
individuo separado. El arte sagrado es anónimo, nadie sabe quién hizo la
catedral de Notre Dame. El arte sagrado se recibe, y cuando tú llegas a recibir
el verdadero ser que tú eres y lo reconoces, cesa el error.
Recibir es un don,
algo que te entregan.
No. Hay que trabajar para ser capaz de recibir y de dar lo que se recibe,
porque se puede caer en el error de acumular en un nombre, en premios, en todas
esas cosas asquerosas que son los reconocimientos públicos.
No sea tan extremo.
Yo saldría a la calle con una canasta llena de medallas y se la pondría a todo
el mundo: cada individuo es genial, un artista.
Cada miércoles desde
hace 30 años lee gratis el tarot en un café de París, ¿qué nos pasa?
Los gurús dementes dicen que hay que matar al ego, y son los que más ego
tienen. El ego es una parte esencial nuestra, no hay que destruirlo, hay que
domarlo.
Intentémoslo.
Imagine un ciego y un perro. El perro es el ego que conduce al ser esencial y
está angustiado porque hace una tarea que no le corresponde. Pero si tú
conduces a tu perro, tienes un perro feliz, un ego feliz.
Entiendo.
Yo he aprendido a ver mi nivel de conciencia: existe el nivel infantil, el
animal, el adolescente, el adulto explotador, el servicial. Todo es comprender
que no puedes dar una ayuda a la gente más allá de tu nivel.
Lógico.
Si yo descubro que tengo un talento, descubro que ese talento está dormido en
todos. He aprendido a buscar en mí para dar a los otros. Lo que doy me lo doy,
y lo que no doy me lo quito.
Deme un consejo para
que mi perro no me muerda.
Hay una carta del tarot que es un diablo lleno de ojos, significa que el
diablo no tiene miedo de verse, si no uno cae en los binarios: bueno y malo,
moral e inmoral…, perdiéndonos toda la gama que hay entre los extremos. Hay que
aprender a no tratar de ser perfectos, de agradar al profesor, a los papás, a
los otros. Verse tal como uno es.
… Y aceptarse.
Sí, eso es lo primero, y significa afrontar el sufrimiento voluntariamente; ahí
empieza el camino, la liberación.
¿Pero uno no debe
intentar cambiar?
No se trata de cambiar una cosa por otra, hay que mutar. Yo soy la taza que
contiene los garbanzos, pero no soy los garbanzos. Mi mente contiene ideas,
pero deben ser fluidas, ir cambiando como cambia la realidad. Y tampoco soy mis
deseos. Hay que vivir una vida útil, ¿y qué es útil?
…
Todo lo que permite que la humanidad se desarrolle, todo aquello que te lleva a
lo fluido; e inútil todo aquello que te estanca.
Volvamos al
inconsciente reprimido.
Si quiere que salga, haga arte: crear una pareja es un arte, saber mirar,
saber vivir es arte. Los artesanos son artistas sanos. Hay que ser el artesano
de uno mismo y llegar al arte santo. ¿Y qué es la santidad?
…
Bendecir todo aquello que ves, que oyes, que tocas, que conoces, siendo lo que
eres y no lo que los otros quieren que seas.
IMA SANCHÍS
Fuente: http://www.lavanguardia.com/
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