En la voracidad del tiempo nadie
tiene domicilio fijo
Perder la identidad no es lo mismo
que entregarla
Si siento que me arrancan aquello
que no es mío
sólo soy un animal perdido en su
esqueleto
Cuando entrego la mirada que mira
a la mirada
con un suspiro de reposo me
transformo
en una imagen que rechaza a los
espejos
Perdiendo plumas alcanzo el
verdadero vuelo,
al pulir el diamante lo convierto
en esfera,
por alargar los pasos sobrepaso el
camino
Tren que deja atrás los rieles,
pensamientos
como el perfume de una flor que se
marchita,
tristeza que acompaña aquello que
se encarna
Y sin embargo el goce de las hojas
entregándose
al viento, la felicidad del grito
disolviéndose en ecos,
la alegría de la mente
desparramando semillas,
la certeza de una piedra que cruza
el firmamento,
la risa del niño que llega a
destruir el mundo, el coro
de gusanos ebrios devorando carne
de santo,
danza de los cuerpos celestes
alrededor de una quimera,
nadie debajo de la vil materia, el
palacio ha sido abandonado,
sólo adorando la ausencia podremos
tener la fuerza de vivir.
Alejandro Jodorowsky

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