Una vez, un monje errante llegó a la orilla de un río que debía cruzar. Mientras se preparaba para cruzar al otro lado, vio un escorpión que luchaba para subirse a una hoja que flotaba. A punto de ahogarse, había logrado aferrarse a la hoja e intentaba subirse.
El monje sintió pena por el escorpión e intentó levantarlo para colocarlo sobre la hoja. Repentinamente, el escorpión le picó la mano, éste la sacó y el escorpión se cayó de la hoja. El monje observó entonces que el escorpión, a punto de ahogarse, intentaba alcanzar la hoja. Lleno de compasión, intentó nuevamente ayudarlo pero el escorpión otra vez lo picó.
Un hombre que pasaba por allí presenció la escena y llamó la atención del monje. “Señor, se dio cuenta de lo ingrato que fue el escorpión en un primer momento y, a pesar de todo, usted lo ayudó por segunda vez. ¿No es esto una tontería acaso?”
Aún dolorido por las dos picaduras, el monje contestó con tranquilidad, “el suyo es un buen consejo señor, pero el escorpión me picó instintivamente. Ésa es su naturaleza. Si el escorpión no puede apartarse de su naturaleza, ¿cómo puede usted esperar que yo abandone la mía? ”
Cuento popular hindú.
Aprendizaje: No cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones. Algunos persiguen la felicidad,… otros la crean.
1 comentario:
Muy bonitas frases, también he enconrado poemas de verano muy bonitos perfectos para la temporada
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