Inocente encerrada vive su niña
Siempre verdadero latir del corazón
Dejo de creer en los cuentos
Porque el príncipe nunca fue como lo conoció…
Aunque la pena sea cáncer por sus venas
Siempre inyecta una sonrisa desde el alma
Sus ojos inconscientes inundan su corazón para que no seque…
Perdió el norte mas nunca quiso saber del sur
La sinceridad ley en su vida aunque los demás no cumplan
La observó desde las distancia
Poco a poco pierde su color…
Querida niña ni un millón de príncipes te merecen
Pues al fin y al cabo tu sonrisa y tu locura no comparten
Más bien prefieres besar la rana con la que siempre jugaste…
Y si en castillo no escuchan, que no escuchen
No hay más amor que el amor propio
No ha mas envidia que aquellos que te intentan imitar
No hay más dolor que aquel que tomamos como propio y no merecemos…
La reina y el rey orgullosos están de ti
Junto a tus hermanas palacio de jardín
El amor es ese momento que jamás volverá a pasar y es único…
Sé que mi camino no es tu camino
Sé que soy rana que mira para arriba por verte salir a la torre
Que cuando tus ojos lloran y caen a mi charca
Mis ojos lloran por ti…
17/02/2011
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons
No hay comentarios:
Publicar un comentario