Mi cabeza es como el laberinto
No se como llegar ni cual es el destino
De un camino me tengo que olvidar
El otro a veces lo siento perdido…
El tiempo confirma los problemas matemáticos
La cercanía de lo que me hace sumar
A las restas de la lejanía
Son operaciones jodidas…
Por ningún camino encuentro respuesta
A veces estaría bien escuchar un “algo”
Ese algo que despeje temores
Ese algo que haga latir el corazón…
Me dijo que le escribiera una poesía
Aunque llega un poco tarde
Los acontecimientos están en marcha
Y yo con ello salgo del camino…
Habla pronto, manifiéstate con algo más que palabras
El reino de los corazones se encuentra frió
Tempestades y temporales frutos del descuido
Del olvido en pequeños pasos…
Que alguien grite por favor que quiero escuchar
Que muestre las cartas en la mesa el amor no sabe jugar
Es una ventana al mar clara y limpia
Un silbido a lo lejos… quien será?
07/07/10
3 comentarios:
Hoy parece que de lleno nos vemos avocados a adentrarnos en laberintos, mentales, sociales, vitales. Es como si una fuerza nos adentrara en formas y caminos de los que nos cuesta encontrar una salida. Ideas, palabras, acciones sencillas y a la vez tan complicadas.
A fin de cuentas vivimos en un constante laberinto: la vida.
Saludos cordiales
Si consigues que alguien grite y consiga que escuches, me encantaría conocer la boca de la que salió el despertar.
Hermoso.
Un abrazo.
Siempre hay una mano negra que tapa la boca del que grita y un dedo acusador que lo juzga y critica, gritemos todos a una, y no habrá suficientes manos y dedos…
La mente es inquieta, y cual laberinto, nos lleva a buscar salidas, respuestas, que no siempre encontramos, así que como bien dices, gritemos, tal vez así nos escuchen y nos tiendan una mano, rompiendo entre todos los muros que nos aprisionan…
Y el amor, tristemente fallece cuando no hay palabras que escuchar, cuando el silencio coge sitio, convirtiéndolo mudo y frío…
Me encantó tu post Ankor,
Muaccksss!!
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